jueves, 3 de abril de 2008

21. Muerte

Cinco Campechanos
por Ricardo Cárdenas

“Te voy a contar una cosa que no es real, es fantasía que hace la gente, pero es verdad. Allá cuando la última guerra, esa del 910 –porque la de los cristeros no fue guerra, esos nomás se mataban pa’ no dejar decir misa a los curas- bueno pues… había mucho matado porque en ese tiempo todo mudo andaba armado. Yo creo que por bravos... No, y pos ¡cómo no! si estaban matados sus hermanos y sus tíos y todos. Así le pasó a Luis, su hermano matado, sus tíos matados, su mamá matada y también su hermana matada, pero a ella cuando estaba chiquita. Y ese fue uno que yo conocía que era un cabrón y a ver, dile algo. Se tronaba a todos. Muchacha que le echaba el ojo, la tomaba. En esa época era fácil, nomás te la subías al monte y ni quién te dijera nada, porque además era fácil comprar al policía, ahora no, ahora sale más caro. Era otra época, la mujer pues no trabajaba como ahora ¿verdá? estaba donde tenía que estar y cuando salía, pues se le esperaba… sólo en la revolución que los cabrones soldados se las cogían a todas, hasta a las más niñas y si no fueran buenas pa’ los huevos, hasta a las gallinas. Ahí sí te tronaban fácil. Como al primo de mi mamá que lo tronaron cuando se rasuraba –porque antes se rasuraban en un espejito chiquito en la pared- y cuando estaba de espaldas entraron once y le dieron. Hasta el suelo agujeraron, porque antes los suelos eran de madera. Había mucho matado. Había tanto matado que luego los militares pasaban y los arrejuntaban a todos y los cargaban en un carro, de esos de mulas, los tiraban en una zanja y les prendían fuego los cabrones. Y fíjate bien lo que te digo porque de ahí salió la enfermedad esta de la gripa.”
Yo, que estaba escuchando sólo dije: ¿Cuánto es de cinco campechanos con todo, y un refresco?

No hay comentarios: